miércoles, 11 de noviembre de 2009

ECHANDO DE MENOS A LA CAPITAL



Ya es requete bien sabido por ustedes que adoro vivir en este mi destierro favorito porque aquí soy totalmente feliz en todos los sentidos de la palabra, tengo unos compañeros de trabajo que más que eso son mi familia, gente que ha estado conmigo en las buenas y en las malas y quienes me ayudan a ser mejor ser humano, un jefe al que adoro a morir, no hay tapones, no ando con ese miedo de que me atracaran, puedo andar como me dé la gana y nadie se fija en mí o mi aspecto, soy anónima total.


Pero (siempre hay uno) extraño de la capital el irme a ver obras de teatro a Casa de Teatro, a las Mascaras, Bellas Artes, no he visitado el Guloya, hace siglos que fui a Teatro Nacional, en fin, por mas que digo que iré a ver x obra, siempre es mas chulo quedarme en mi paraíso, en mi área de confort.

Si algo echo de menos de la CAPITAI son las pocas veces que me iba a Plaza Central, Acrópolis a volverme loca con Zara y Mango, los matinée de películas en el cine del Malecón, la Universidad de los Sábados, la Duarte con sus Pulgas, el Mercado con las frutas baratísimas, La Sirena de la Mella, a veces los carritos públicos, el salón de belleza al lado de donde vivía, visitar a mi tía Yeya, hablar por largo rato con mi prima Arianny, Ana e Iluminada, caminar por el Conde, ir a la Plaza de la Cultura y meterme en la Cinemateca, y por último mis clases de natación en el Olímpico (me bebí varios litros de agua).

Si alguien que yo sé lee esto, se reirá muchooo, pero como dice el refrán: NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE LO PIERDE

Debe ser que se me aproxima el cumple y me pongo jodona con antelación para extrañar esas vainas