miércoles, 24 de febrero de 2010

PRECIPITADA


Ayer me llama mi súper calvo-sexi jefe a su oficina y me pregunta si estoy interesada en marcharme a vivir y a trabajar a Jamaica, luego de mi cara de sorpresa y de preguntarle dos veces si estaba seguro de su propuesta le contesté que SIIII.
Un excelente puesto, con muy buenas condiciones y lo más importante de todo: Salir del país a mejorar mis condiciones de vida (que en realidad no puedo quejarme con lo bien y en paz que estoy aquí) y ampliar los horizontes, ver cosas nuevas y aprender a vivir en otra cultura y para colmo obtener un sello en mi pasaporte que todavia es virgen el condenado.
Vienen los preparativos, a reunir el papeleo para llevar a la embajada de Jamaica y obtener un visado de 6 meses, llamar a mami y a papi para darles la noticia, decirle a mis amigos de la nueva buena, la alegria de un par en la oficina porque ya no les estaria molestando con mi parloteo constante, las lagrimas mias y de la nena porque ya no estariamos juntas andando para arriba y para abajo, los nervios mios por ponerme a maquinar lo que debo hacer, mudar parte de mis pertenencias, regalar, dejar mi guagua en un lugar seguro, pensando posteriormente en venderla si las cosas salian bien, maldecir por haber pagado el seguro el año completo, en fin fue un día bien emocionante.
Pues hoy resulta que me llama mi súper-calvo-sexi jefe a su oficina para decirme que desde España nuestra Central decidió enviar a alguien más (de + peso palabras textuales).
Debo confensar que me sentí desmoralizada y hasta un chín usada, pero a la vez (para consolarme) muyyy bien porque ya con el hecho de haber pensando en mi para ello es algo que me llena de orgullo y me reconforta (yo que pensaba conocer al padre de mi futuro hijo por allá...... que vaina).
Debo también decir que me daba un poco de verguenza el confesar lo sucedido y me dije que no podía ser tan BOBA, que al que le diera la gana de burlarse estaba en todo su derecho, pero que andaria y andaré por la vida con la verdad y siendo honesta, primero conmigo y luego con ustedes y que está bueno que me pasé por divulgar todo sin tener todos los amarres hechos jajajajaja.

La lección aprendida:  Nunca dar las cosas por sentadas, la vida te cambia en un segundo, que aunque tenga miedo debo atreverme y arriesgarme, que siga manteniendo la fe y creyendo en mi y todo mi potencial, pero sobre todo y quizás lo más importante:

 Papá Dios no se equivoca.