viernes, 30 de mayo de 2014

CON PENITA ANDO SEGUNDA PARTE

Gigita

No me quedé con los brazos cruzados relativo al tema del Sr. mayor de la Pulga, al día siguiente me dirigí al lugar y pregunté.  Sé ahora que el sr. mayor se llama Miguel y que quien le ayuda se llama Willy, me dijo que  Miguel vive en situaciones precarias, en una casita bien humilde cerca del teleférico, que sus hijos no lo ayudan y que por ese motivo Miguel va a la Pulga martes o miércoles para reunir algún dinerito, me contó Willy que le tiene un moto concho especial para trasladarlo a su casa y que si no es el mismo pues Miguel prefiere esperar el tiempo que sea necesario hasta que este llega a recogerlo porque debido a su avanzada edad y que para colmo de males no tiene visión, anda en un estado grande de ansiedad, que tiene que estar constantemente hablando con los que trabajan a sus alrededor para que no se metan con el  hombre, pues ya van varias bromas pesadas que le hacen a  Miguel y lo ponen muy nervioso (como si disfrutaran ver como se pone el pobre hombre). Y también me aclaró Willy que lo que le contaron sobre él, no fue que estaba preso, sino que estaba muerto y por ello Miguel  reaccionó de esa manera.
Ahora cada vez que vaya a la Pulga estaré pendiente de encontrarme con Don Miguel y aportar mi granito de arena y sino iré a su casa, no por asuntos morales (aunque lo parezca) o por darme golpes en el pecho, sino porque creo que no es justo que los seres humanos vivan con miedo, solos o tristes y porque no está de más que dé un poco de lo muchoooo que recibo y también porque en él, veo a mi abuelos y en un futuro a mis padres y a mi misma.


jueves, 15 de mayo de 2014

ENCUENTROS.

Gigita!!

Hace unas semanas se alojaron en el hotel una amiga, su novio y las hijas de este último (una de las que conocí en el Pico Duarte) ya al novio hacía un año que lo conocí, pero no había compartido a fondo con él y me pareció súper agradable y atento. En eso llamamos a otro amigo del grupo y resultó que andaba por la zona también con su familia. Este recién se había casado, pero fue algo intimo por lo que no había conocido a su esposa y también porque en aquel entonces yo me encontraba fuera del país, la cosa es que para hacerte el cuento corto, nos reunimos aquí en el hotel, aproveché para entregarles unos regalos que ya tenían conmigo un año y por H o por R no se presentó la ocasión anteriormente para dárselos. Y de paso, sirvió para que su hoy esposa me diera su aprobación pues tenemos la costumbre de irnos a comer o lo que sea de improviso jeje y para que no me maten, mejor así.
En ese fin de semana conocí a las hijastras, a la esposa, al hermano y a la novia del hermano y lo más lindo del asunto es que nos caímos de lo más bien, pasamos un rato súper chevere, nos reímos a nuestras anchas, recordamos nuestros momentos y a nuestros amigos en común, cuadramos juntarnos e incluso irnos de viaje.
Y me quedé pensando en las simplicidades de la vida, en los ratitos que se dan sin planear, en las personas que el universo te presta, en el cariño sincero, en la bondad que se encuentra en todo y en todos, pero especialmente en lo muchooo que mi corazón y mi alma lo agradecen y lo atesoran, quizás para tiempos futuros cuando la nostalgia venga a visitarme o para cuando me encuentre lejos físicamente de todo eso.

viernes, 9 de mayo de 2014

EL ARTE DE SER IMPACIENTE

Gigita!!!

Ambas sabemos que soy la persona más impaciente del planeta, terca y caprichosa hasta rabiar. Hace un mes y pico que me hablaron de una posibilidad, no voy a negarte que he estado por ello más ansiosa de la cuenta, esperando el desenlace, culpa mía claro está por tener disparada la fe, junto con la esperanza pues nadie me manda a ser como soy y por ello casi siempre caigo explotada como una guanábana, recordándome a mi misma  que por desear que las cosas sucedan en x tiempo, se me concederán, que el universo escucha y acata casi siempre mis peticiones, pero NO la parte de que las cosas deben ser al instante que anhelo que vengan. Sé por experiencias pasadas que todo llega en el momento justo, cuando conviene, cuando esté lista para recibirlas (aunque yo piense y sienta que lo estoy) que debo aprender a ser paciente, que debo ser sabia y especialmente, debo entender que a veces las cosas que no llegan es porque también conviene que así sea, puesto que el orden divino lo sabe mejor.
Y ahora ando con una rabieta de las mías, lamiéndome un poco el orgullo herido que yo y sólo yo me provoqué, haciendo lo posible por enviarle al cerebro y a mi corazón el mensaje de que por favor aprenda la lección, que siga agradeciendo por todas las cosas que me dan y por igual, por todas aquellas que me quitan, pero sin dejar de soñar y sin dejar de creer que se me concederá algo muchooo mejor, grande, mágico y especial.