viernes, 5 de febrero de 2010

ELLOS, LOS QUE ME HICIERON EL VIAJE LIGERO, AGRADABLE E INOLVIDABLE.

Sus nombres son:  Porfirio (Porfis) Luci, Sugei (sugi) y Wilder.
A los 3 primeros los conocí en el Bus y pareciamos que nos conociamos de toda la vida, en pocas palabras fue amor a primera vista.
A Wilder lo conocimos en el campamento de Manabao y fue otro que inmediatamente adoptamos en el grupito recien formado.
Pues nada, recoger los bultos, ubicar el lugar en donde dejariamos nuestras pertenencias y depositariamos nuestros sacos de dormir, hecho esto, nos pusimos nuestros trajes de baño y nos metimos en pleno Yaque del Norte a darnos el primer bañito de la travesía (que agua + fría).
Nos vestimos y salimos a dar una vuelta por el lugar, parada obligatoria  a un colmado a tomar algo y en donde seguimos conociendonos y compartiendo, foto aquí y allá y muchas risas por doquier.
Nos fuimos al  oscurecer al campamento para cenar, escuchar la charla obligatoria de Medio Ambiente y a reirnos + con las ocurrencias de todos.
Empieza el ascenso, no sin antes darnos un súper desayuno, tomar muchooo té de jengibre, abrigarnos bien, hacer una oración en conjunto y conseguir un palo que nos servirá de soporte durante todo el largo trayecto que nos esperaba.
Perdí a los chicos en el camino o más bien, mi egoismo de siempre, hizo que avanzara sin esperar a nadie, ellos en cambio permanecieron juntos y llegaron hasta el campamento de la Cienaga como buenos hermanos y camaradas, cosa que debí hacer yo también. Ya allá como llegué primero que ellos había separado nuestra casa de campaña, la cual sería nuestra casa por los restantes dos días que nos quedaban de excursión, compartimos la cena y nos calentamos en la fogata, más risas y cuentos a pesar del cansancio y del dolor múscular, otra vez nos dormimos temprano yo creo que por el agotamiento fisico.
3er día nos tocó  ya subir totalmente a la montaña más alta de las Antillas PICO DUARTE, con sus casi 3,090 de altitud y sus 23 kilometros de recorrido (que maldita pela) otra vez me fui sola como la reses mala (palabras de mi abuela para describirme a veces) y en la cima, Porfis me da una lección de amistad y humildad que nunca olvidaré: Al condenado le quedaba nada para llegar y se quedó esperando por el resto del grupo, diciendo que de nada le valia llegar sino estaban ellos para compartirlo.
Esas palabras me hicieron reflexionar muchooooo sobre mi persona y a partir de ese momento les prometí a ellos permanecer juntos hasta que llegaramos al campamento de Manabao, es por ello que la única foto que a mi entender merece estar en este blog es la que muestro arriba porque para mí deja bien claro la compenetración y el cariño inmenso que hubo entre nosotros.

Foto tomada por Ivan Gómez presidente de Desde el Medio Tour en la cima del Pico Duarte al momento de unirnos todos los presentes en perfecta comunión con el ser supremo al que cada uno de nosotros pertenece y creemos.

A ustedes chicos gracias por esos bellos momentos y por quererme de esa forma tan desinteresada, genuina y real........ los espero aquí para lo de Desalia y recuerden que los amoooooooooooooooooooooo.